BERNARDO STAMATEAS NO ESCRIBIÓ : CÓMO FUNCIONA LA FE

 

Te enviamos nuestro Mensaje de Éxito del día 9/8/2012
Cómo funciona la Fe
por Bernardo Stamateas

Juan 20:3-5 Pedro y el otro discípulo se dirigieron entonces al sepulcro. Ambos fueron corriendo, pero como el otro discípulo corría más aprisa que Pedro, llegó primero al sepulcro. Inclinándose, se asomó y vio allí las vendas, pero no entró.

La emoción no mueve a Dios, el llanto no mueve a Dios, la tristeza no mueve a Dios, a Dios lo mueve la fe. Y la fe no es una emoción. La fe es una seguridad, es una determinación que lo que Dios te prometió, Dios lo va a cumplir.
Y quiero hablarte de los distintos niveles de fe. La fe mueve la mano de Dios. La fe hace que el milagro venga completo a tu vida.

Había un paralítico y Jesús le dijo ¿tiene fe? Y el paralítico caminó. Dios te da los milagros completos cuando tenés fe. Preparate para ver la casa completa en tu mano, el milagro completo en tu cuerpo, el coche completo, la familia bendecida completamente, porque la fe hace que el milagro venga completo. ¿Cuántos de los que estamos acá hemos recibido un milagro completo de parte de Dios? ¿Pero por qué a  veces no sucede?

La fe a veces te da el milagro completo y a veces te lo da de a poco. Jesús les sopló el Espíritu Santo a los apóstoles y cincuenta días después cayó el bautismo del Espíritu Santo. ¿Por qué les sopló, reciban al Espíritu Santo? Porque era el anticipo de lo que iba a suceder 50 días después.
Eso poquito que has recibido es el anticipo de que en 50 días te va a venir el milagro completo. Esos dos pesos que encontraste en la calle son el anticipo de los 200.000 dólares que Dios va a poner en tu mano. Esa tuerca que encontraste es el anticipo de que el coche completo va a venir a tu mano. Ese abrazo que te dio tu hijo es el anticipo de que toda tu casa va a ser bendecida, porque a veces Dios te da el milagro completo y a veces te lo da de a poquito, pero que el milagro viene, el milagro viene.

De chiquito me enseñaron de Jorge Müller. Era un pastor inglés. Fue a un orfanatorio y vio 100 chicos muertos de hambre. Tenía dos pesos y él oró a Dios y le dijo, Señor, yo sé que me vas a levantar para adoptar chicos huérfanos. Y dio de comer a 10.000 chicos en toda su vida. Sostuvo cantidad de orfanatorios. Y ese hombre escribió su biografía con miles de páginas que incluían 30.000 oraciones que Dios le respondió. Ese hombre tenía dos pesos, pero sabía que los dos pesos era el anticipo de que le daría de comer a multitudes.
Yo te digo algo, cuando salgas de acá y encuentres un trozo de ladrillo levantalo y saltá, porque es el anticipo de la casa que Dios te va a dar. Si encontrás la llave, decís, este es el anticipo de la casa de fin de semana que Dios me va a dar, porque a veces el milagro te lo da completo, a veces te lo da de a poco, pero el milagro va a estar en tu casa.
La fe mueve la montaña. Yo te digo que la fe te va a mover montañas, enfermedades hereditarias, problemas ancestrales, eso que no te dejaba avanzar y no te dejaba ver, Dios lo va a mover de un plumazo en este año, porque la fe mueve las montañas de enfrente nuestro. Preparate para ver montañas moverse. ¿A cuántos Dios nos movió una montaña?

A veces la fe mueve la montaña y a veces la fe no mueve la montaña, pero te da fuerzas para que la escales y la atravieses en el nombre del Señor. Cuando la fe no mueve tu deuda es para que la saltes. Cuando la fe no te da el milagro es para que lo atravieses. Los personal trainers, físico culturistas, te ponen más peso para que liberes potencial. Cuando Dios no te mueve la montaña, no te sientas culpable, es que las fuerzas que Dios te va a dar por la fe te van a hacer saltarlas y atravesarlas en el nombre poderoso del Señor.
Jesús le dijo a Dios, Padre, pasa de mí esta montaña. Tenía que ir a morir al monte Calvario y el Padre le dijo, no la voy a mover, vas a subir a la montaña, y la vas a atravesar. Y Jesús subió al monte, murió por nosotros y ha resucitado. Si él saltó al monte de la muerte, cuánto más vos y yo vamos a saltar el monte de la deuda, el monte de los problemas. Por eso cuando alguien diga, ¿qué pasa que Dios no te responde? A veces Dios te da todo completo, a veces te lo da de anticipo, a veces te mueve la montaña y a veces te mueve a vos a que saltes la montaña, pero que la victoria es nuestra, es nuestra en el nombre del Señor.
La fe es para malos momentos. Soltá fe. No te quejes. No llores, porque la lástima, el llanto, el victimismo no sana, no hace nada. La fe es para los malos momentos. Y cuando estás mal soltás fe.

Jesús va y le dice a un paralítico, ¿qué quieres que te haga? Dijo, quiero ver. ¿Por qué Jesús le pregunta a un ciego, qué quieres que te haga? Para que suelte la fe. Por eso el Señor quiere que hables la fe, que la sueltes en los momentos malos. Y yo te digo algo, en los momentos malos se vienen los mejores milagros.
Jesse Duplantis no tenía ni para comer y escuché de él que con los últimos pesos que tenía fue a meterle combustible al coche. Cuando está pagando, sacando sus últimos dólares, dice que pasa un avión por el cielo y Dios le dice, mirá, te daré un avión. Y Jesse Duplantis le dice, no quiero el avión, quiero cinco dólares para pagar el combustible. Y él dice, en tu peor momento Dios te va a dar tu más grande visión. Y ahora tiene tres aviones.

Yo te digo algo, en tu peor deuda se van a venir los mejores negocios, en tu peor enfermedad se van a venir los sueños más grandes y en lo peor de tu vida económica se viene un avión volando y Dios te dice, esa será mi próxima bendición en los malos momentos.
Ahora, la fe no sirve solo para los malos momentos. Sirve para los buenos momentos. Porque hay gente que viene acá y cuando pasa ¿por qué querés que oremos? Estoy mal, no tengo plata. Pero tenés que usar la fe también para los buenos momentos. Conseguiste tu casa, ahora andá por tu coche. Conseguiste tu familia, ahora andá por la otra casa. O sea, usá la fe para lo bueno, no sólo para lo malo. Por eso, cuando bajamos, saludamos con Alejandra, la gente nos dice, pastor, Dios me sanó. ¿Qué les decimos nosotros? Ahora andá por más, usá la misma fe que te dio algo bueno para que te dé otra cosa más buena.
La fe es personal. Tenés que soltar fe, hablar fe. Jesús le decía al paralítico, ¿qué quieres que te haga? Jesús quería escuchar. La fe es por la boca. La fe no es un pensamiento, la fe pide, la fe habla. Pero hay veces en que no tenemos fe personal. Entonces el milagro viene por la fe de los demás. Cuando no tengas fe, rodéate de un par de gente que tenga un poquito de fe y usá su fe.
Había cuatro que tenían fe, cargaban con un paralítico. Y el paralítico no tenía fe, tenía las piernas rotas, la fe deshecha. Pero cuatro tenían fe y lo llevaron delante de Jesús y Jesús, al verle la fe de los cuatro, levantó al paralítico.
Porque hay milagros que te van a venir por tu fe y hay milagros que te van a venir por la fe de los que te rodean. Por eso nos reunimos acá, vamos a los grupos de crecimiento, para usar la fe. Cuando a mi me saludan, yo imparto fe ahora. Yo soy una persona de fe. Cuando bajo y viene alguien y me dice, pastor, vamos por más, yo guardo esa fe. Esa fe me va a dar a mí un milagro. Vos guardá fe.

Cuando saludes a alguien, impartile fe, porque aunque no tengas fe, porque tenés un problema, o una enfermedad, se te fue la fe, Dios te va a poner cuatro que te van a cargar en los hombros de la fe. Porque el milagro va a venir, o con tu fe o con la fe de los que te apoyan. El milagro va a venir.
La fe me da mi deseo. Dice, deléitate en el Señor y te dará los deseos de tu corazón. ¿Cuántas desean comprarse ropa nueva? Dios te lo va a dar. ¿Cuántos desean viajar? Dios te lo va a dar. La fe hace que se cumplan los deseos de tu corazón.
David un día tenía ganas de tomar agua mineral de Jerusalén. Estaban en guerra y un par de locos que estaban al lado de él de fe dijeron, David quiere un poquito de agua mineral de Jerusalén. Y se fueron, tomaron un poco de agua y se la trajeron.
Hasta la marca de gaseosa Dios la va a mandar a buscar y traerte porque dice la Biblia que Dios va a cumplir los deseos de nuestro corazón. ¿Hay deseos en tu vida? Preparate que Dios te los va a dar a través de la fe. ¿Cuántos deseos Dios nos ha cumplido a algunos de nosotros? Ahora, ¿cuántos tenemos deseos que Dios no nos dio? La montaña a veces se mueve y a veces hay que escalarla. El milagro viene completo y a veces viene de a poquito. La fe a veces es mía y a veces es de otro.

Y a veces la fe me da mi deseo y a veces el deseo de Dios. Por eso le estás pidiendo algo y Dios no te sana. Y decís, ¿por qué no me sana? Porque está sanando otra área. Tal vez la relación con tus hijos. Decís, ¿por qué Dios no me da el negocio? Porque está sanando tu fortaleza.
A veces Dios no te da el deseo porque si te lo da te puede lastimar. Entonces Dios trabaja en otra área, sea con tu deseo, o con el deseo de él, siempre Dios te está dando algo. O sea, Dios te va a dar tu deseo o te va a dar otro deseo.

A veces la fe te da milagros impresionantes. Preparate para que veamos milagros extraordinarios. Yo declaro, ya lo vimos, pero lo vamos a ver de a mucha gente, los paralíticos levantarse, los ciegos ver, los órganos ser recreados. Yo declaro que en medio de la alabanza vamos a escuchar el sonido de los huesos enderezarse, tener órganos creativos, funcionar, sangre ser limpiada, enfermos ser levantados. Preparate para ver milagros de impacto.
¿Sabés qué es un milagro de impacto? Cuando Dios se hace presente delante para dar cosas gloriosas, para que nadie termine dudando, ahí estuvo la buena mano del Señor todopoderoso. La fe trae milagros impactantes. Ya hemos visto y vamos a ver más.
Se estaba muriendo el perrito y la chica le había orado y se moría. Y el Señor le dijo, abrí mi palabra y soltale palabra al perro. Y abrió la Biblia y dijo, Señor, donde me guíes. Jeremías 33, puso el dedo, clama a mí y te responderé. Puso el dedo más abajo, haré sanidad en medio de tu casa, y cuando le leyó esa palabra al perrito, el perrito pegó un salto y se sanó. Preparate porque vamos a ver cosas raras.

Vamos a ver la casa bendecida. Leí de un pastor de una iglesia chiquita, 300 miembros. Estaba arrancando, pero tenía atrás una montaña. Y el pastor justo estaba predicando y lee donde dice, si tuvieras fe le diréis al monte que se mueva y se va a mover. Para ahí el mensaje. Hermanos, vamos a orar, esta montaña que está acá atrás Dios la va a mover y vamos a tener una playa de estacionamiento. ¡Amén! Hoy a las 10 de la noche todos los que quieran venir nos vamos a encontrar a orar.
A las 10 de la noche vienen los 300, empiezan a orar, montaña, muévete, montaña te vas, montaña, fuera, montaña, sal. Tres horas orando a los gritos. A las tres horas, el pastor dice, amén. El Señor me dice que la montaña se movió. Salen todos, miran detrás y la montaña estaba ahí. Y dicen, pastor, hace tres horas que estamos orando. Y dice, iglesia, vete a dormir, la montaña se movió.
El lunes le golpean la puerta al pastor. Hola, soy un arquitecto, estoy haciendo un shopping acá a varias cuadras. Necesitamos tierra para edificar. Le compramos la montaña. Se la vamos a alisar, le hacemos un estacionamiento, encima le pagamos y lo hacemos. Y el pastor dijo al domingo siguiente, la montaña se movió, se movió de verdad.

Preparate para ver cosas impactantes. Una chica va caminando. Dios le dice, parate acá, golpeá. Golpea, sale una mujer mayor. Le dice, acá hay una persona enferma. Dios me dice que la va a sanar. La mujer la mira y le dice, somos budistas. No importa quienes son, traigo una palabra del Dios todopoderoso. Entró, el chico tenía 16 años, estaba agonizando en la cama. La chica le oró, se levantó, fue sanado y hoy es el pastor de la iglesia más grande de todo el mundo, Paul Yonggi Cho.

Yo te digo, preparate porque Dios te va a mostrar la casa, te va a mostrar la gente, te va a mostrar la oración, te va a mostrar las conexiones, y vamos a ver milagros impactantes.
¿Cuántos vimos un milagro impactante? Pero a veces la fe no te da un milagro impactante, te da un milagro normal, pero sigue siendo un milagro. ¿Por qué al Faraón de Egipto no le impactó que Dios abra el Mar Rojo? Porque Dios mandó un viento. A la noche sopló un viento, se abrió el mar. Pero Israel sabía que detrás de ese viento, detrás estaba Dios. Hay milagros en que Dios está delante y son impactantes y hay milagros que Dios se pone atrás anónimamente y te va a soplar desde el este y el mar que no te dejaba atravesar lo vas a atravesar.
Hay gente que te va a mandar un mail esta semana, de contrato, de aumento de sueldo. Hablé con mi jefe, te contratan, te regalan la casa. Parece todo normal pero sabés que detrás de ese viento es la buena mano todopoderosa del Señor. Eso lo hace la fe.
Había un ateo y un cristiano que iba para el campo, un hombre sencillo pero lleno de fe. Y se le acercó y dijo, ah, me voy a divertir un poco con este. Entonces se le acerca y dice, ¿a dónde va, señor? Voy a adorar al buen Dios. Ah, yo soy ateo, soy un investigador de todas las Escrituras. A ver si usted me responde esta pregunta. Dígame. ¿Qué tan grande es el Dios que usted adora?, para burlarse.

Y el hombre lo miró y le dijo, el Dios que yo adoro es tan grande, tan grande que los cielos de los cielos no lo pueden contener. Y es tan pequeño, tan pequeño, que puede estar en mi corazón y caminar conmigo. Y eso fue tan impactante para el ateo, que se entregó al Señor.
Preparate. Dios te va a usar para avergonzar a los que te quieren avergonzar, para humillar a los que te quieren humillar y ver la mano poderosa del Señor en actos naturales, normales, pero que sabés que detrás es Dios soplando el viento del este a tu favor.
¿Cuántos tienen fe? Fe, necesitamos fe. Hay gente que sirve mucho a Dios pero no tiene fe. Hay gente que alaba mucho a Dios pero no tiene fe. Hay gente que llora mucho delante de Dios, pero no suelta fe. Y  tenés que aprender a soltar fe. La fe a veces te mueve la montaña, a veces no la mueve, a veces el milagro es completo, a veces de a poquito, a veces impactante, a veces es natural, a veces es tu fe, a veces es la de otros, pero que el milagro viene, en el nombre del Señor, viene.

Y acá quiero soltarte lo último. Es de noche, de madrugada, todos están durmiendo un domingo. Viene alguien a los gritos, desesperada, grita y a los apóstoles les dice, se robaron el cuerpo del Señor. Y Pedro y Juan se visten rápidamente y salen corriendo para la tumba. Y dice que Juan era más joven que Pedro. Fueron corriendo y Juan llegó primero a la tumba.
Lo primero que tiene la fe, es como Juan, velocidad. Juan llegó rápido a la tumba. Dios te va a dar velocidad. Velocidad para creerle a Dios, velocidad para hacer negocios, velocidad para tomar decisiones, velocidad para soñar cosas grandes, velocidad para levantarte de las crisis. Por eso me gusta David. David dice, Padre, me persiguen, no aguanto más, pero tú eres mi fortaleza, el pronto auxilio que me levanta. Al cuarto versículo ya estaba arriba. Dios te va a dar la velocidad de David, para que en medio de lo malo te levantes rápidamente, hagas negocios rápidamente, sueñes rápidamente y rápidamente crezcas en el nombre del Señor.

Tenés que ser rápido. Hay muchos de ustedes que Dios los va bendecir grande, porque la fe agrada a Dios, porque muchos de ustedes estuvieron escuchando ahora y dijeron, esa promesa es para mí, esa montaña la voy a mover, la voy a escalar, la voy a pisar, pero el milagro es mío. Y fuiste rápido.
Tenés que sacarte todos los pesos y ser rápido, moverte rápido, caminar rápido, soñar rápido, decidir rápido, sacarte la burocracia espiritual y moverte rápido.
Y detrás viene Pedro. Juan se paró en la puerta de la tumba, pero Pedro entró, porque lo segundo de la fe es el riesgo. Pedro representa el riesgo. ¿De qué te sirve ser rápido y pararte en la tumba? Tenés que ser arriesgado, tenés que jugarte. Por eso las mujeres usan tanta fe, son más arriesgadas. La fe es arriesgada, la fe te da velocidad y te da riesgo. Animate a soñar, animate a viajar, animate a formar la familia. Joven, animate a marcar la diferencia, animate a mostrar lo que es un verdadero hijo de Dios. Arriesgate a eso. Arriesgate.

Fe es Juan, velocidad y Pedro, riesgo. Yo soy más Juan, soy velocidad. Gastón es riesgo y cuando nos juntamos, hacemos cosas grandes, porque eso es la fe. Lo llamé a mi papá y le dije, papá, voy a hablar de Pedro y Juan. Me dijo, nunca corras solo, siempre con un Juan o con un Pedro. No estés solo en la vida cristiana. Si sos muy Juan, rápido, buscate un Pedro. Y si sos como Pedro, buscate un rápido Juan. Pero hagamos equipo. Y pedile a Dios tener a Juan y a Pedro adentro. Rapidez, pero no para lo malo.
Yo soy veloz, pero Alejandra es riesgo, por eso somos un buen equipo. Alejandra es arriesgada. Tenés que arriesgarte. Yo he orado para que Dios nos haga rápidos. Sé rápido para lo bueno, rápido para crecer y arriésgate, corré la carrera.
Y te digo algo, vas a entrar a la tumba que nadie se atreve a entrar. La tumba de Osho, está con Osho, la tumba de Buda está con Buda y la de Mahoma con Mahoma. Pero la de Jesús está vacía, ha resucitado.

Dice Salomón, si buscás en la sabiduría como buscas la plata, la sabiduría te abrazará y te dará todas las cosas. Sé rápido para las cosas de Dios, sé rápido para perdonar, sé rápido para olvidar, sé rápido para mirar adelante, sé rápido para levantarte, sé rápido para congregarte, sé rápido para adorar, sé rápido para dar gracias, sé arriesgado.
Pedro se metió y miren qué lindo lo que hizo Jesús. Dejó la túnica en la entrada, pero el sudario de la cabeza lo dejó más adentro. ¿Sabría Jesús que Pedro iba a entrar? Porque el que más entra al fondo, más revelación de bendición tiene. ¿Te vas a arriesgar a meterte donde otros no se meten? Gracias a Pedro y Juan, ellos salieron y dieron la noticia más linda y todo el mundo se animó a ir a la tumba y ver que la tumba está vacía. Eso es fe. Fe es velocidad y fe es arriesgarse. Velocidad, riesgo, eso es fe y fe mueve la mano de Dios.

En vez de volverte loco agradando a la gente, es más fácil agradar a uno que a un montón, usá la fe. Sin fe es imposible agradar a Dios, porque dice la Biblia que los que se acercan a él tienen que creer por fe, y fe no es una emoción.
Yo estoy cansado de la gente que me dice, siento que tengo fe. La otra vez me dijo una chica, yo sentía que iba a sanar a mi amiga. Llamé a mi amiga y no la sanó, ¿por qué, pastor? Porque lo sentiste, porque fe no es sentimiento. Fe no es piel de gallina. Fe tampoco es no sentir nada.
Fe es la convicción, la seguridad, de que lo que no ven tus ojos, lo ve tu espíritu. Fe es la determinación, es la seguridad, la convicción que lo que Dios te prometió, Dios lo va a hacer, sea moviendo la montaña o escalándola con tu fe o la fe de otro, de a poquito o completo, con impacto o sin impacto, como sea, con tu deseo, con el deseo de Dios, la fe trae el milagro. Eso es la fe.
La fe es una actitud. La fe es un estilo de vida. La fe es una manera de caminar, que te hace veloz, y que te hace arriesgado. Pedro y Juan. Juntate con Pedro, júntate con Juan. La plata es el medio de intercambio en el mundo natural. La fe es la plata en el intercambio del mundo espiritual. Cuando tenés fe, tenés efectivo, tenés cheque, tenés para intercambiar y traer de lo invisible a lo visible. Fe.
Hoy vamos a orar por fe, para que seas una persona de fe, porque sin fe es imposible agradar a Dios.

Yo declaro Presencia y para los que nos ven por Internet, yo declaro fe de Dios sobre tu corazón, fe para salir corriendo donde otros están durmiendo, fe para acelerar tus pasos, fe para volar como las águilas, fe para ser rápido para lo bueno, rápido para perdonar, rápido para prosperar.
Yo declaro rapidez, velocidad al 30, 60 y ciento por uno. Yo declaro que el Padre bendice tus panes y tus peces y velocidad divina te viene multiplicada. Declaro riesgo, declaro valor para animarte a soñar, animarte a entrar a la tumba, animarte a hacer lo que nadie en tu casa se animó a hacer, para arriesgarte a que juntos traigamos un avivamiento a Argentina. Yo declaro fe sobre tu vida, fe sobre tu casa, fe sobre tu barrio y fe sobre Argentina y todo lo que hagamos nos saldrá bien.
Fe vino a tu vida ahora, porque le hablé a tu espíritu. No le hablé a tu mente. No importa si sentiste o no sentiste. La fe vino. La fe viene por el oír. ¿Sabés qué es la fe? Es como el combustible. Te llenás de combustible. Esto es una estación de servicio y Dios te llena de fe. Ahora, ¿el combustible para qué es? Para andar. ¿Qué pasa si el combustible no se usa? Se pudre y te pudre la carrocería.

Algunos están enfermos de tanta unción, porque dicen, lléname, lléname. Dios les da y no la usan. Y se les pudre. Por eso, cuando salgas de acá lleno, gastá la fe. Orale a alguien, abrazá a alguien, tenés que orar porque tu iglesia es la ciudad. Mi púlpito no es éste, mi púlpito es la avenida, es la calle.

Soltá fe, gastá. Cuando Dios me da una palabra, yo la levanta a Alejandra a las 3. Ella hace lo mismo. Los pastores me mandan lo que reciben. Cuando Dios te da fe tenés que gastarla. Es como las mujeres, ¿cuántas manejan? La mujer gasta un poco de combustible y vuelve a cargar. Los hombres no, los hombres esperan a gastar todo y a algunos espiritualmente nos pasa eso. Llenamos hoy acá, porque llegaste al límite. Aprendé a recibir y a usar.
¿Cuántos litros de agua entran en una botella de un litro de agua? Miles, porque la llenás, la vaciás, la llenás, la vaciás.

Un auto carga 50 litros y un avión 200.000 litros de combustible. Y recordé el pasaje de caminarás y no te cansarás, correrás y no te fatigarás, levantarás alas como las águilas. Y en el lenguaje actual sería, vas a ser un avión, empezás caminando, luego siendo un coche y después vas a ser un avión que se va a mover de país a país, de nación a nación, de lugar a lugar.
Y no necesitás 20 litros. Sos un avión, necesitás 200.000 de combustible, para que puedas volar por los aires sobre las tormentas y llegar a destino. Hoy Dios nos ha llenado de fe. Aunque no la sientas, ya hay fe en tu vida para milagros. Gastala, hablale a alguien, invitá a alguien, orale a alguien, regalale algo a alguien, gastate en Dios que Dios te va a volver a llenar.

A Tommy Tenney le regalaron un reloj y él lo usaba. Era un reloj muy caro, lo usaba contento. Y un señor en la iglesia le dice, pastor, yo soy relojero, déjeme ver eso. Lo mira y le dice, es falso. ¿Cómo es falso? Sale 20, 30 dólares. Y de bronca no lo usó más.
No aceptes fe falsa. Algunos creen que tienen fe, pero lo que tienen es emoción. Les agarra la piel de gallina, eso es falso. Fe es la seguridad, la determinación, la convicción, de que lo que tus ojos no ven, tu espíritu lo ve, lo que tus manos no tocaron, tu corazón lo va a abrazar y que lo que Dios te prometió, así es.

Hoy te vas con el tanque lleno. Cuando salgas de acá, usá la unción, gastá la fe, disfrutá del paseo, cárgate alguno, bendecí a muchos y Dios te va a volver a llenar. En una botella de un litro de agua no entra un litro de agua, entran millones si se llena, se vacía, se llena se vacía.

Y yo declaro Presencia que vamos a llenar de la gloria de Dios toda la Argentina, y todo lo que hagamos nos saldrá bien.

 

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